Nokia Lumia 820, análisis

Nokia Lumia 820, análisis
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Después de revisar el Lumia 920, ahora le toca el turno a su hermano pequeño. El Nokia Lumia 820 es la gama media-alta de los finlandeses, con un diseño distinto al del 920 y con algunas diferencias importantes, como la tarjeta microSD o las carcasas intercambiables.

En otros aspectos, ambos móviles son idénticos. Conexión NFC, las aplicaciones de Nokia o Windows Phone 8 son temas que ya tratamos con el 920 y que en este caso funcionan exactamente igual de bien, por lo que no me explayaré con ellos. En general, el Lumia 820 es un teléfono que me ha gustado bastante, aunque flaquea en los aspectos en los que el 920 destaca: pantalla y cámara.

Rompiendo con el diseño de los Lumia

Lumia 820

Lo primero que destaca al ver el Lumia 820 es que Nokia ha decidido cambiar la línea de diseño del Lumia 800 y 900, y ha apostado esta vez por una forma más cuadrada, sin tanta curvatura.

A pesar del cambio de forma, el 820 sigue siendo tan cómodo de tener en la mano como el 920. También influye, por supuesto, el menor tamaño (la pantalla es más pequeña y el frontal está mejor aprovechado). El material de las carcasas sigue siendo policarbonato, por lo que el mantiene el tacto agradable.

De nuevo, nos encontramos con la problemática del peso. En la mano es un poco más ligero que el 920, pero sigue entrando dentro de lo que llamaríamos un teléfono "pesado". Como ya dije con el 920, para mí esto no supone un problema: enseguida te acostumbras.

Lateral del Lumia 820

En cuanto al acabado, el Lumia 820 está perfectamente integrado, incluso a pesar de tener carcasas intercambiables (como veremos luego, esto llega a ser un problema). La pantalla queda encajada a la perfección, al igual que los altavoces superior e inferior.

Los huecos para los conectores también están calculados para que encajen sin ningún problema. Lo mismo con los botones físicos, que a pesar de estar en la carcasa no pierden sensibilidad ni fijación.

Carcasas intercambiables y microSD, los puntos a favor del Lumia 820

Carcasa del Lumia 820

Una de las novedades del 820 son las carcasas intercambiables, que además nos dan acceso a la batería, SIM y microSD. La idea es muy buena, ya que con ellas podremos añadir carga inalámbrica o mayor robustez al teléfono con sólo cambiarla.

Eso sí: quitar una carcasa del Lumia 820 no es nada fácil. Especialmente la carcasa de carga inalámbrica, están muy ajustadas al teléfono y hay que tener mucha maña para quitarlas a la primera. Colocarlas de nuevo es más sencillo, aunque hay que tener cuidado.

Interior del Lumia 820

Al quitar la carcasa nos encontramos con la batería y debajo de ella, los huecos para las tarjetas SIM y microSD. Por supuesto, desde ahí también podemos acceder a los tornillos y desensamblar el teléfono, un buen punto a favor del Lumia 820.

En cuanto al soporte de microSD en Windows Phone 8, es prácticamente transparente al usuario. Insertamos la tarjeta, encendemos el teléfono y aparece el diálogo que nos pregunta dónde queremos guardas las fotos y vídeos. Si queremos, podremos acceder a la tarjeta desde el ordenador para guardar multimedia o instalar aplicaciones. Toda una ventaja dados los parcos 8GB de memoria interna del 820.

La pantalla, un aspecto que Nokia debería haber cuidado más

Nokia Lumia 820

Quizás soy poco parcial después de acostumbrarme a la pantalla del Lumia 920, pero creo que Nokia ha cuidado muy poco el panel del 820. Primero, por la resolución: los 800x480 píxeles se quedan cortos en la pantalla de 4.3". Una densidad de 217 ppi no es lo mejor para un teléfono que pretende ser gama media-alta.

Por otra parte, el panel AMOLED satura demasiado los colores, en mi opinión. El negro es totalmente negro (tanto que se confunde con el resto del panel), pero el blanco no es exactamente blanco. No es una mala pantalla, por supuesto, pero no lo que esperaríamos después de ver el 920. Sí que se comporta bien usándola en exteriores, no he tenido demasiados problemas con los reflejos del sol.

El Nokia Lumia 820 también cuenta con la pantalla táctil súper sensible de Synaptics. Y, curiosamente, funciona mejor que la de su hermano mayor: en este caso sí que he podido usarla con guantes de lana gruesos. Incluso funciona con el cable de unos casos. Es decir, que influye mucho más el material que el grosor a la hora de manejarlo.

Y por último, estuve probando también el brillo automático. No soy un gran fan de este tipo de sistemas, pero me parece que en el Lumia 820 funciona mucho mejor que en el resto de teléfonos de la compañía.

Cámara y sonido: suficientes, pero no destacan

Cámara del 820

Vamos ahora con la parte multimedia. En el apartado de la cámara, tenemos una lente Carl Zeiss y un sensor de ocho megapíxeles. El rendimiento se podría calificar como suficiente: no se porta mal, mejor que la cámara del 800, pero no podemos ponerla como una de las mejores del mercado. Con baja luz funciona decentemente, pero no esperemos maravillas.

Los reflejos no le sientan demasiado bien a la lente.

Los reflejos no le sientan demasiado bien a la lente.

Además, he encontrado algunos fallos bastante molestos a la hora de hacer fotos en exteriores: la lente sufre mucho con los reflejos. En la foto de arriba, la luz del sol apenas impactaba en la lente (el teléfono y el sol estaban prácticamente alineados), y podéis ver el resultado.

En cuanto a la cámara frontal, tiene la calidad suficiente como para hacer videollamadas y que se nos vea sin ningún problema. Sobre el vídeo, tampoco es un aspecto destacable del teléfono. Graba a 720 y 1080p, lo que nos da una calidad de imagen muy buena, pero que no se comporta demasiado bien con poca luz y con una estabilización que apenas se nota.

Enfoque cercano 820

El Lumia 820 no se porta del todo mal con poca luz.

Al igual que el 920, el Lumia 820 no destaca en el apartado del sonido. La calidad de auriculares es buena, y los altavoces son potentes (aunque distorsionan el sonido si el volumen es muy alto). Sí que falla bastante en el micrófono: apenas destaca los agudos y distorsiona demasiado el sonido. Suficiente para las llamadas, pero desde luego no es una maravilla.

Batería y carga inalámbrica del Lumia 820

Nokia Lumia 820

Con la carcasa especial, el 820 se puede cargar de forma inalámbrica.

La batería del Lumia 820 tiene 1650 mAh de capacidad, suficiente como para aguantar un día sin demasiados problemas. De hecho, creo que tiene un mejor rendimiento que la de mi 920, así que un punto a favor para el 820.

Aunque este teléfono no tiene carga inalámbrica, se la podéis añadir con una de las carcasas de Nokia. Tenéis que valorar bien el comprarla o no: como ya dije, la carga inalámbrica no es tan eficiente como un cable, y puede ser incómoda según el usuario. Además, esta carcasa especial es más gruesa y hace que el teléfono sea más pesado.

Personalmente, creo que el teléfono queda mejor con las carcasas normales, pero es algo que va por gustos. Lo que sí valoro mucho es precisamente que podamos elegir entre tener o no carga inalámbrica con algo tan sencillo como un cambio de carcasa.

Conclusiones del Nokia Lumia 820

Nokia Lumia 820

Quizás por el tono crítico del análisis pueda parecer que no me gusta el Lumia 820: todo lo contrario. Es un teléfono muy bueno: no pretende ser _el mejor_ pero cumple con las expectativas. El diseño diferente se agradece, y desde luego el cuidado que pone Nokia en la integración de todo el terminal (incluidas las caracasas) merece una mención de honor.

El teléfono transmite muy buenas sensaciones, es bonito, rápido y fluido (es Windows Phone, así que no podíamos esperar otra cosa). El punto flaco para mí es la pantalla, que no ha acabado de convencerme.

Pero el verdadero fallo del Lumia 820 no es el teléfono en sí, sino su precio. Estamos ante un teléfono que es bueno, sí, pero que no destaca. Es un buen teléfono para la gama media, pero costando 500 euros lo va a tener muy difícil para penetrar en el mercado. Las alternativas son el HTC 8X, que lo puedes conseguir por un precio similar; o el 920, que aporta bastante más que este teléfono por una diferencia de coste no demasiado grande.

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